martes, 21 de junio de 2011

Ahora vamos con el libro de Esther

El libro de Esther nos narra la historia de un obsesivo compulsivo. Eleazar no come mondongo porque eso lleva un salero. Eleazar no toma alcohol al menos que no le irriten la glándulas por más de 7 segundos. Eleazar no camina por  la acera de las calles porque les tiene miedo a los perros en las casas. Eleazar no está con Esther porque un vaso de coca-cola cayó sobre la minifalda de Marylin.  Un vaso de Coca-Cola repite enésimas veces en la novela, un vaso de Coca-Cola hizo su vida miserable.
La novela de Juan Carlos Méndez  nos narra la historia de un pobre infeliz que a los 30 años, tras haberse divorciado de su esposa Marylin, viaja hacia las islas canarias, en busca de su amor de la adolescencia, Esther.
El libro se pasa entre recuerdos del pasado, de la Caracas de hace trece años, en el liceo, con Enrique, Carlos, Jesús y Esther, cuando Eleazar era feliz y no lo sabía. Entre momentos en el que Eleazar piensa en Esther, en el libro que le regalo en papel de celofán el último día de clases, que luego nos enteramos que es Piedra del Mar. También entre los relatos de su problemático matrimonio con Marylin. Piensa en todo lo que ya fue y en lo que pudo haber sido hasta que se harta de pensar y empieza a buscar a Esther.
En las islas Canarias Eleazar se encuentra en una odisea, el iluso pensaba que al preguntar por una venezolana en las calles, iba a aparecer Esther. Pero no Eleazar, la cosas no son así de fácil. Las islas Canarias parecen pobladas y extensas en verdugos. Por suerte, Eleazar encuentra a Máximo y a Hendrina, de los cuales, se hacen amigos de él y lo ayudan a buscar a Esther.
Después de 222 páginas siguiendo las nostalgias, desesperaciones e intrigas de Eleazar, finalmente en el último capítulo aparece Esther. No aparece la persona como tal pero aparece una nota. La esencia que había perdido durante los últimos trece años .Juan Carlos Méndez se calla, no nos dice que pasa después. Final abierto. A unos les da rabia el final pero a mí me parece bien. Su Juan Carlos hubiese seguido escribiendo sobre lo que sigue después  de ese encuentro de Esther el libro hubiese perdido su esencia.
La búsqueda de Eleazar iba más allá de un amor perdido. Eleazar lo que buscaba era recuperar su esencia perdida, aquellos recuerdos de su adolescencia en el que él alguna vez fue feliz.  Eleazar tambien nos hace comparaciones de la Caracas con Esther y de la Caracas sin Esther, que en trece años sufrió muchas tranformaciones. Como cuando se recordaba de aquel parque que solía ir con Esther, ya ni el parque quedaba porque fue reemplazado por unos edificios.


Crisis existenciales tenía el pobre Eleazar de tan solo 30 años. Un obsesivo compulsivo en potencia. Yo diría que el señor estaba realmente enfermo. Nunca entendí lo del dinosaurio rosado.  Buenos mal que al final del libro Eleazar parece encontrar lo que buscaba. ¿Opinión? Le lo leí por leer. Pero al menos me pareció entretenido. Juan Carlos Méndez parece darle un tono humorístico a la novela con este personaje de Eleazar. El ritmo de la novela me pareció más rápido y cautivador que el de Piedra de Mar. En fin la novela no es nada memorable, pero la recomiendo si estan en busca de un libro coca-cola.


PD: no sé si estaran familiarizados con el término coca-cola. Pero en mi casa lo usamos para películas o libros que nos resulten agradables, entretenidos, pero hasta ahí.

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